PAISAJES INVISIBLES
“Un solo deseo me embarga:
el de descubrir lo que se oculta tras lo visible”
Nikos Kazantzakis
Las pinceladas de Jair Laiter provocan un quiebre del cascarón de lo aparente. Son paisajes que se abren a la libre enunciación, inaprensibles puesto que en ellos la naturaleza se enfrenta a ser representada. Exploran una cartografía de libertad, de lo imprevisto en lo observable. Hay también una travesía que no se conforma con la idea contemplativa de una o varias escenas, sino que reclama la transformación del observador. Es un viaje mitológico mediante el cual la vista descubre lo que hay detrás de la mirada.
En las piezas hay un horizonte espectral que aparece y desaparece, proponiendo juegos con los puntos de fuga, tanto por las perspectivas, como también en un sentido tonal. Sus atmósferas trazan la dialéctica del deseo de los paisajes que se conquistan así mismos. Reterritorialización acentuada en la polifonía de sus colores. Tempestuosa, la naturaleza germina en sí misma la semilla de lo sobrenatural.
La obra de Jair Laiter convoca a aliarse a un nomadismo donde el propio cuerpo se convierta en una extensión de lo invisible. Un reencuentro con el paisaje que consiga materializar lo intangible, no sólo como un ejercicio intelectual o estético de contemplación. Más allá incluso de la transformación de la naturaleza, acaso se convierte en el pretexto para el deseo de encontrarse con la propia soberanía.
Ernesto Zavala
MMXVII |