Fue Jonás quién al sobrevivir durante 7 días adentro de la ballena, edifico en su mente un espacio en donde podría alojar a semejante creatura. Pero la mente es siempre más grande por dentro que por fuera, y el espacio fué creciendo hasta convertirse en una gran bóveda; la cual Jonás fué llenando con sus pensamientos. Tenía pensamientos de todo tipo y los fué organizando según distintas categorías, creó un sistema numérico para catalogarlos y le designó un color a cada uno para poder reconocerlo. Día a día Jonás descubría un nuevo lugar en el espacio y se daba cuenta que la bóveda crecía conforme él la iba recorriendo. La ballena había quedado perdida en la inmensidad de su memoria y sintió una gran soledad. Fue así que un día se aventuró a salir y descubrió que estaba en un jardín rodeado por árboles y plantas con formas y colores imposibles de catalogar, sintió la vida crecer entre sus pies y pudo escuchar el murmullo de las hojas que le decían:
Jonás,
¿En dónde han quedado las hojas, los troncos y las ramas?
Y Jonás les respondió: Están suspendidas en el tiempo, como el esqueleto de una ballena.
Texto: Pedro Rosenblueth |